La Economía Peruana 2010
Si, ABRIL
El Perú, de lejos uno de los países que ha venido creciendo avasalladoramente en los últimos años, lejos de los errores en cuanto a las políticas económicas fiscales y monetarias algo lentas para enfrentar la crisis mundial en el 2009, sin embargo logró salir airoso de la misma.
Ahora la tasa de referencia está en 1,25% y el crecimiento del gasto público central supera el 116% (Gastos de capital acumulados a febrero 2010) y el Gasto público a nivel general un 52%.
Ahora la tasa de referencia está en 1,25% y el crecimiento del gasto público central supera el 116% (Gastos de capital acumulados a febrero 2010) y el Gasto público a nivel general un 52%.
La economía peruana creció 9,26% en abril y es el nivel más alto en 18 meses
Sin embargo, no todos los sectores han crecido de manera equilibrada, aquí un resumen de las mismas:
(*DATOS)
- Sector Agricultura 2%
(Este sector creció en producción pecuaria, pero disminuyó en 2,2% en producción agrícola, muestra de que el Gobierno Central todavía no alcanza a reforzar a las mayorías que viven de este segmento productivo)
- Sector Pesca -15,7%
(efectos climáticos y un mayor destino del pescado para usos industriales como Harinas que alcanzó 158%, afectando seriamente a los productores de conservas y enlatados de pescado cerca de -50% , así como al consumo interno en 32,4%)
- Sector Minería Metálica 1%
- Sector Hidrocarburos (Gas y Petróleos) 17,6%
- Sector Manufactura Primaria -5,6%
(resultados arrastradas por una menor producción de azúcar, minerales no ferrosos y conservas y productos congelados marinos)
- Sector Manufactura No Primaria 9,8%
Ramas que crecieron en este sector: Prendas de Vestir, maderas y muebles, Sustancias químicas y envases de papel y cartón, fibras sintéticas, hilados tejidos, acero y metales, plásticos, aceites y bebidas.
Ramas que tuvieron cifras negativas: manufacturas diversas, edición, productos lácteos, molinería y panadería.
- Sector Construcción 16,1%
- Sector Agricultura 2%
(Este sector creció en producción pecuaria, pero disminuyó en 2,2% en producción agrícola, muestra de que el Gobierno Central todavía no alcanza a reforzar a las mayorías que viven de este segmento productivo)
- Sector Pesca -15,7%
(efectos climáticos y un mayor destino del pescado para usos industriales como Harinas que alcanzó 158%, afectando seriamente a los productores de conservas y enlatados de pescado cerca de -50% , así como al consumo interno en 32,4%)
- Sector Minería Metálica 1%
- Sector Hidrocarburos (Gas y Petróleos) 17,6%
- Sector Manufactura Primaria -5,6%
(resultados arrastradas por una menor producción de azúcar, minerales no ferrosos y conservas y productos congelados marinos)
- Sector Manufactura No Primaria 9,8%
Ramas que crecieron en este sector: Prendas de Vestir, maderas y muebles, Sustancias químicas y envases de papel y cartón, fibras sintéticas, hilados tejidos, acero y metales, plásticos, aceites y bebidas.
Ramas que tuvieron cifras negativas: manufacturas diversas, edición, productos lácteos, molinería y panadería.
- Sector Construcción 16,1%
¿Debe el Banco Central aumentar progresivamente la Tasa de Referencia?
Es importante para el Perú converger hacia una economía estable, sin los sobresaltos que ocasionan efectos indeseados externos, inevitables dada la globalización de las economías en el mundo, sin embargo la fuerte estructura oligopólica financiera en el país, ha mostrado una vez mas que contra toda medida del ente rector de las políticas monetarias, distorsionan el mercado, evitando los objetivos de equilibrio que pretende el Gobierno; así vemos que las tasas activas de mercado no han disminuido, pese a que ahora la tasa de referencia es 1,25%, con la finalidad de atraer a los inversionistas a los depósitos en la banca múltiple peruana, lo que resulta en una barrera que nos afectó en el 2009 y que ahora constituyen un freno a la creciente demanda de capitales por parte de los inversionistas. No afectará mucho si el BCRP decide ahora aumentar la tasa de referencia en 2% o 4%, sino mas bien llevará a la banca múltiple a aumentar sus compras de CD debido al alto nivel de depósitos que concentra. Mucho mejor una adecuada regulación de la orientación de los préstamos y un equilibrio entre riesgo y colocaciones, evitaría aumentos desordenados en la capacidad crediticia de los que van a las ventanillas de la banca por crédito, en sus diferentes modalidades y plazos. Regulación financiera es lo que falta en el Perú.
En cuanto a la caída del valor del Dolar norteamericano, el BCRP puede buscar mecanismos de compras "esterilizadas" programadas (evitando especulaciones que le favorecen finalmente a la Banca que negocia con esta moneda).
¿Debe el Gobierno reducir el Gasto Público?
Mas bien que reducir drásticamente el gasto público, este debiera disminuirse gradualmente pero reorientándose a sectores que necesitan del mismo para aumentar sus cifras negativas. Si bien es cierto que la senda de crecimiento del PBI podría ser superada por el crecimiento explosivo (mayor a la tendencia), si apreciamos las cifras sectoriales vemos que no estamos muy bien en algunas de ellas, por ejemplo en el Sector Agricultura, el sector pesquería, donde los afectados son precisamente los productos finales que ingresan en la canasta familiar y en los bolsillos de los peruanos, efecto de los mismos y bajo la bandera de los reclamos ecologistas y de derechos humanos, han venido ocurriendo con los campesinos y agricultores que ven muchísima inversión en el sector minería y construcción (por parte de los privados) y ellos resienten el abandono, bajo cifras negativas, la consecuencia lógica es un malestar y levantamientos reivindicatorios.
Considero que debe cuidarse el efecto de una sobre demanda en los sectores cuyo alto nivel de consumo de insumos importados puede afectar finalmente a las cifras de la inflación llevando esta mas allá de la banda prevista por el BCRP. En suma este año es otro buen año en el Perú, la Sra. Ministra tiene mucho que cuidar en una economía difícil y con altos niveles de corrupción por el lado de la administración pública, situación con la que debe lidiar el Sr. Presidente de la República.
No, MAYO
La economía no se está recalentando
Hace cinco meses, el pronóstico de crecimiento de la economía peruana para 2010 era de 5%. Ahora está en 6% y, conforme vaya mejorando la situación, se podría revisar hacia el alza, afirmó el director del Banco Mundial para Venezuela, Ecuador, Colombia, Bolivia y Perú, Felipe Jaramillo.
Anotó que, por el momento, “el equipo de economistas del banco todavía no ha notado un sobrecalentamiento de la economía peruana”, que en los meses de enero y febrero creció fuertemente a tasas de
“Seguiremos analizando la coyuntura y viendo cómo se desempeña la economía en los próximos meses”, agregó. Sin embargo, sostuvo que, a pesar de los avances logrados, el país sigue rezagado. Indicó que entre las áreas de mayor debilidad figuran la infraestructura de carreteras y puertos, la baja calidad de la educación pública y el subempleo, entre otras.
*Así lo asegura el Banco Mundial tras un análisis. El organismo no descarta revisar al alza la proyección de crecimiento del Perú.
En un sondeo realizado por Reuters, tres de siete analistas estimaron que el ente emisor subiría la tasa referencial , mientras los otros cuatro estimaron que la mantendría estable.
En mayo la elevara a 1.50% desde el mínimo histórico de 1.25%.
En mayo la elevara a 1.50% desde el mínimo histórico de 1.25%.
SI, JUNIO
El BCR elevó su tasa de referencia a 1.75%
La medida tiene un carácter preventivo frente al fuerte dinamismo de la demanda interna, precisó el Banco Central de Reserva.
“La elevación de la tasa de referencia tiene un carácter preventivo frente al fuerte dinamismo de la demanda interna e implica mantener el estímulo monetario, en un contexto en el que no se observan presiones inflacionarias”, dijo el banco en un comunicado.
Sabemos todos los peruanos que la construcción del primer tramo de El Sistema Metropolitano de Transporte en la ciudad de Lima (Lima Norte “Comas” - Lima Sur “Chorrillos”) ha sido creado debido a la necesidad de reordenar y mejorar el flujo de transporte urbano en la capital debido a la excesiva saturación de los medios de transporte público, pero también vemos que ha afectado a miles de negocios en los alrededores de la construcción y la congestión vial de las principales arterias de Lima.
Este nuevo sistema de transporte público mejorara notablemente la calidad del servicio y el tiempo de recorrido desde un punto a otro, lamentablemente se ha visto empañado con un sin número de comentarios negativos como la mala planificación, el oportunismo electoral, la mala adjudicación de contratos, etc.
No podemos quitar méritos de tan gran avance hacia la modernidad en nuestro país y sobre todo para beneficio de las familias y mejora de la calidad de vida de muchos peruanos a largo plazo, ya que esta será una solución parcial a los problemas de la capital.
Veamos sus principales “avances”:
Presentaron los autobuses como de última generación, bueno eso está por verse porque en Madrid existen mejores autobuses, ¿Por qué se la compara con Madrid?, porque ha sido mencionada como uno de sus referentes, pues Madrid tiene uno de los mejores Sistemas de Transporte Público de Europa y quizás del mundo, a continuación una comparación realizada con el Metro de Madrid.
Presentaron los autobuses como de última generación, bueno eso está por verse porque en Madrid existen mejores autobuses, ¿Por qué se la compara con Madrid?, porque ha sido mencionada como uno de sus referentes, pues Madrid tiene uno de los mejores Sistemas de Transporte Público de Europa y quizás del mundo, a continuación una comparación realizada con el Metro de Madrid.
*Servicio inclusivo para personas con discapacidad:
Presentamos a uno de los buses “alimentadores” para personas con movilidad restringida, en el que se aprecia a un minusválido accediendo a la rampa para luego ser elevado con la ayuda obviamente del conductor que tendrá que bajarse y perder calculo 5 minutos como mínimo para que este persona pueda subir al autobús sin mencionar la bajada que serán otros 5 minutos, esperemos que esta información la tengan en cuenta cuando muestren vía web el tiempo de recorrido del autobús desde una parada a otra, pero esto hubiese sido mínimo si es que el modelo fuera al menos parecidos a los autobuses de Madrid que vienen con una rampa incluida la cual activa el chofer desde su asiento sin moverse para que pueda acceder a la persona y muchos de estos autobuses se inclinan hacia el lado de la parada para facilitar su acercamiento a nivel de la misma sin mencionar los autobuses que deberán de tener altavoces para ir mencionando las paradas a las personas ciegas. Lima aun no está adecuada para las personas con discapacidad y/o movilidad reducida, hablamos de rampas de acceso no solo en todas las estaciones de autobuses sino la facilidad para poder desplazarse en las calles sin ninguna clase de problemas como rampas en todas las esquinas, semáforos adecuados con sonidos y cruces de calle diferenciados para ciegos.
*Tarjetas electrónicas:
La mayoría de peruanos vera en el uso de esta tarjeta la llegada de la modernidad al transporte público, lo cual es cierto pero detrás de esa modernidad se esconde el verdadero afán de lucro de las empresas a las cuales se le otorgaron las concesiones y con la cual se firmaron contratos monopólicos tipo telefónica para cobrar lo que les dé la gana con tal de recuperar su inversión y más aun lograr sendos beneficios a costa de nosotros.
Si se tomo como ejemplo el Sistema de transporte de Madrid porque no se adecua el sistema de cobro según tipos de abonos y zonas , y también según el tipo de usuario .
Nos venden la idea de que debemos usarlo porque mejorara nuestra calidad de viaje y sobre todo recalcan de que costara igual que un pasaje normal, es decir la tarifa no variará de las actuales empresas de transporte, si vas cerca te cobran 0.50 , normal 1.0 ó 1.20 , un poco más lejos 1.40 a 1.80 y lejos 2.0 super lejos 2.50 , escolar 0.50 universitario lo que les dé la gana igual siempre pierden , bueno estas son las “tarifas actuales” disfrazadas como pasaje “urbano”, “interurbano”, escolar y universitario, a esto habría que añadir otros conceptos como minusvalía, familia numerosa , tercera edad según el tipo de usuario, la gran verdad detrás de la mentira es que según ellos nos hacen el favor de brindarnos un mejor servicio y cobrarnos lo mismo para que nos sintamos agradecidos pero la verdad es que se burlan de nosotros porque seguramente nos brindaran un servicio que no es el adecuado y nos cobraran lo mismo.
La mayoría de peruanos vera en el uso de esta tarjeta la llegada de la modernidad al transporte público, lo cual es cierto pero detrás de esa modernidad se esconde el verdadero afán de lucro de las empresas a las cuales se le otorgaron las concesiones y con la cual se firmaron contratos monopólicos tipo telefónica para cobrar lo que les dé la gana con tal de recuperar su inversión y más aun lograr sendos beneficios a costa de nosotros.
Si se tomo como ejemplo el Sistema de transporte de Madrid porque no se adecua el sistema de cobro según tipos de abonos y zonas , y también según el tipo de usuario .
Nos venden la idea de que debemos usarlo porque mejorara nuestra calidad de viaje y sobre todo recalcan de que costara igual que un pasaje normal, es decir la tarifa no variará de las actuales empresas de transporte, si vas cerca te cobran 0.50 , normal 1.0 ó 1.20 , un poco más lejos 1.40 a 1.80 y lejos 2.0 super lejos 2.50 , escolar 0.50 universitario lo que les dé la gana igual siempre pierden , bueno estas son las “tarifas actuales” disfrazadas como pasaje “urbano”, “interurbano”, escolar y universitario, a esto habría que añadir otros conceptos como minusvalía, familia numerosa , tercera edad según el tipo de usuario, la gran verdad detrás de la mentira es que según ellos nos hacen el favor de brindarnos un mejor servicio y cobrarnos lo mismo para que nos sintamos agradecidos pero la verdad es que se burlan de nosotros porque seguramente nos brindaran un servicio que no es el adecuado y nos cobraran lo mismo.
Porque no adecuarlo a una tarificación por zonas y según distancia recorrida, lo que pasa es que al hacer esto en realidad los precios deberían de bajar y no mantenerse, por ejemplo según lo que han dicho se venderá la tarjeta de acuerdo al tipo de usuario que corresponda , pero a esto falto añadir algunas breves lagunas mentales que cuidadosamente obviaron mencionar
En la comunidad de Madrid el Sistema de Transporte esta adecuado por zonas el cual de alguna manera beneficia y compensa el uso del abono de transporte según el tipo de usuario.
Que pasaría, si un padre de familia decide viajar con una tarjeta escolar duplicada de su hijo ¿que tipo de control existirá?, dicen que se identificaran con fotos, pero quien comprobara que efectivamente sea el portador el dueño de la tarjeta, esto no sucedería si es que se cambia el tipo de usuario ,porque dijeron que se podría duplicar ante la perdida y recargar según el monto deseado; habrán muchas formas de escabullirse del cobro adecuado ya que para eso somos campeones los peruanos podremos burlar de alguna manera el sistema de “control”.
Esta es una muy buena idea pero como siempre en las manos de personas equivocadas que hacen de la misma el beneficio propio con tal de lograr sus ansiados anhelos oportunistas, sin pensar meramente en la necesidad real de una ciudad como Lima metropolitana, ya que se sabe por la experiencia del mismo en Colombia que no ha surtido el efecto deseado, por el contrario acarreo una serie de problemas que ahora se deben de solucionar para no caer nuevamente en el caos, esperemos que los ciudadanos tomemos conciencia de lo que tenemos y podamos cuidarlo pero sobre todo lo más importante detectar las posibles carencias del servicio y mejorarlas, aunque esto último deja mucho que desear ya que se tomo como modelo el Sistema de Transporte de Madrid sin tener conocimiento alguno de cómo funciona exactamente.
DIPLOMADO DE ESPECIALIZACIÓN PARA EL AGENTE INMOBILIARIO
0 comentarios Publicado por Pizarra Económica en 19:43Etiquetas: Agente Inmobiliario, Diplomado, Ucsur
Por Atish Ghosh y Uma Ramakrishnan (*)
El saldo en cuenta corriente quizá suene a concepto económico abstruso, pero para los países que gastan en el extranjero mucho más de lo que reciben, es la cifra en la cual la teoría de la economía internacional choca con la realidad política.
Cuando un país acumula grandes déficits en cuenta corriente, empresarios, sindicalistas y parlamentarios no tardan en señalar a los socios comerciales y acusarlos de prácticas desleales. La tensión entre Estados Unidos y China —que no terminan de decidir cuál es el principal causante de los desequilibrios comerciales entre ambos— ha puesto de relieve las consecuencias que enfrenta el sistema financiero internacional cuando algunos países arrastran profundos y persistentes déficits en cuenta corriente, mientras otros acumulan cuantiosos superávits.
El FMI, que entre otras cosas está encargado de promover y mantener un sistema internacional abierto de comercio y pagos, hace poco inauguró consultas multilaterales sobre los desequilibrios comerciales con los protagonistas centrales: Arabia Saudita, China, Estados Unidos, Japón y la zona del euro. Aquí se trata de examinar el tema en frío, planteando si los déficits y los superávits en cuenta corriente tienen siquiera importancia.
CÓMO MEDIR LA CUENTA CORRIENTE
Antes que nada, vale la pena ver qué significan realmente el déficit y el superávit en cuenta corriente, y reflexionar sobre las numerosas maneras de medir este saldo. Primero, se lo puede expresar como la diferencia entre el valor de la exportación de bienes y servicios y el valor de la importación de bienes y servicios. Un déficit significa que el país está importando más bienes y servicios de los que exporta (aunque la cuenta corriente también consiste en ingreso neto —intereses y dividendos— y transferencias del exterior —ayuda extranjera—, estos no son más que una parte pequeña del total). Cuando se lo expresa de esta manera, el déficit en cuenta corriente suele poner verdes a los proteccionistas, que piensan que exportar es “bueno” e importar, “malo”, pero aparentemente se olvidan de que una de las principales razones para exportar es poder importar.
Segundo, el saldo en cuenta corriente puede expresarse como la diferencia entre el ahorro nacional (tanto público como privado) y la inversión. Así, el déficit en cuenta corriente puede reflejar una baja tasa de ahorro nacional en comparación con la inversión, o una tasa de inversión elevada, o una combinación de ambas. Para los países en desarrollo donde escasea el capital puede ser lógico tener déficit en cuenta corriente, ya que el ahorro interno no alcanza para aprovechar todas las oportunidades de inversión. Teóricamente, el déficit acelera la expansión del producto y el desarrollo de la economía, aunque según estudios recientes los países en desarrollo con déficits en cuenta corriente no parecen crecer más rápido (quizá porque los sistemas financieros nacionales carecen de madurez como para asignar el capital extranjero con eficiencia). Además, en la práctica, los capitales privados suelen desplazarse desde las economías en desarrollo hacia las avanzadas. Estas acumulan déficits en cuenta corriente, como en el caso de Estados Unidos (gráfico), en tanto que los países en desarrollo y las economías de mercados emergentes a menudo mantienen superávits o casi superávits. Los países muy pobres suelen tener déficits cuantiosos como proporción del PIB, financiados por préstamos y donaciones oficiales.
Esta perspectiva desde el ahorro y la inversión recalca que, al no estar abiertamente relacionado ni con el uno ni con la otra, el proteccionismo tiene pocas probabilidades de mejorar mucho la balanza en cuenta corriente.
Tercero, la cuenta corriente puede observarse desde la dimensión temporal del comercio. Aunque estamos acostumbrados al comercio intratemporal —es decir, a negociar hoy prendas de vestir por vino—, también podemos pensar en el comercio intertemporal, esto es: importar bienes hoy (cayendo en un déficit en cuenta corriente) y exportarlos en el futuro (logrando entonces un superávit en cuenta corriente). De la misma manera en que un país puede importar un bien hoy y exportar otro mañana en una transacción intratemporal, nada le impide importar bienes actuales y exportar bienes futuros.
Las teorías intertemporales de la cuenta corriente también destacan que estos déficits y superávits suavizan el consumo. Por ejemplo, si un país sufre un shock —como una catástrofe natural— que temporalmente le resta acceso a la capacidad productiva, en lugar de absorber el golpe de lleno y de inmediato, puede atenuar sus efectos distribuyéndolos a lo largo del tiempo a través de un déficit en cuenta corriente. La otra cara de la moneda es que, según ciertos estudios, los países que están expuestos a shocks fuertes deberían, en la generalidad de los casos, acumular superávits en cuenta corriente como ahorro precautorio.
CUANDO LA PERSISTENCIA ES EXCESIVA
¿Tiene importancia la duración de un déficit en cuenta corriente? El déficit representa una acumulación de obligaciones de un país frente al resto del mundo, financiadas con entradas en la cuenta financiera que en un momento u otro habrá que pagar. Por sentido común, si un país desperdicia los fondos recibidos en préstamo del extranjero volcándolos en gastos sin rentabilidad a largo plazo, su capacidad de reembolso —es decir, su solvencia básica— podría terminar peligrando: la solvencia exige que el país quiera y pueda generar (en un momento u otro) un superávit en cuenta corriente suficiente para saldar sus deudas. Por lo tanto, para decidir si conviene acumular un déficit en cuenta corriente (o sea, tomar más préstamos), hay que calcular el volumen de las obligaciones externas (o sea, la deuda externa) y determinar si los préstamos financiarán una inversión con una productividad marginal más elevada que la tasa de interés (o de rendimiento) que cobran los acreedores
externos.
Pero aun cuando un país tenga solvencia intertemporal —es decir, si las obligaciones corrientes quedaran saldadas con ingresos futuros—, el déficit en cuenta corriente puede volverse insostenible si resulta imposible encontrar el financiamiento necesario. Hay países (como Australia y Nueva Zelandia) que han logrado mantener déficits de alrededor de 4!/2%–5% del PIB, en promedio, durante unas tres décadas, pero otros (como México en 1995 y Tailandia en 1997) sufrieron fuertes sacudidas en la cuenta corriente cuando los inversionistas privados retiraron sus capitales en medio de crisis financieras. Esos golpes pueden ser muy nocivos porque obligan a recortar abruptamente el consumo privado, la inversión y el gasto público cuando desaparece el financiamiento externo; de hecho, el país se ve forzado a lograr grandes superávits para poder saldar sus deudas sin demora. Entonces, más allá de su origen (y aun si reflejan tendencias básicas saludables), no conviene mantener déficits profundos y persistentes a la ligera, ya que una retirada abrupta del financiamiento puede causar estragos.
Los estudios empíricos sugieren que un éxodo de inversión tal puede tener varias razones: un tipo de cambio real sobrevalorado, insuficientes reservas de divisas, una expansión excesivamente rápida del crédito interno, shocks desfavorables de los términos de intercambio, falta de crecimiento de los socios comerciales y alzas de las tasas de interés de los países industriales. En análisis recientes se ha destacado la importancia de las vulnerabilidades que aquejan a los balances (como el grado de dolarización de las obligaciones y los desfases de vencimiento) y de la composición de las entradas de capital (como la relativa estabilidad de la inversión extranjera directa comparada con la de cartera y con otros tipos de inversión a corto plazo). Además, la debilidad del sector financiero suele agudizar la vulnerabilidad, ya que los bancos captan fondos en el extranjero y otorgan préstamos riesgosos dentro del país. Por el contrario, la flexibilidad cambiaria, la apertura, la diversificación de las exportaciones, el desarrollo del sector financiero y la coherencia fiscal y monetaria son algunos de los factores que mitigan la vulnerabilidad de un país con un déficit persistente.
A FIN DE CUENTAS, ¿SON MALOS LOS DÉFICITS?
Una crítica común contra las ciencias económicas es que toda pregunta tiene la misma respuesta: “depende”. Es verdad que, según la teoría económica, el hecho de que un déficit sea bueno o sea malo depende de los factores que lo originaron. Pero la teoría económica también nos dice qué es lo que hay que observar para decidir si el déficit es saludable.
Si refleja un exceso de importación en comparación con la exportación, el déficit en cuenta corriente puede ser indicio de problemas de competitividad. Pero como también implica un exceso de inversión en comparación con el ahorro, bien puede ser reflejo de una economía muy productiva en crecimiento. Si el déficit se debe a una escasez de ahorros y no a una abundancia de inversiones, puede ser consecuencia de una política fiscal irresponsable o de un exceso de consumo. Pero también puede ser un indicador de un comercio intertemporal perfectamente adecuado, atribuible a un shock pasajero o a un cambio demográfico. Sin saber qué es lo que entra en juego, no tiene mucho sentido calificar al déficit de “bueno” o “malo”: los déficits reflejan tendencias económicas fundamentales que pueden resultar beneficiosas o no para un país en un momento determinado.
(*) Atish Ghosh es Jefe de División y Uma Ramakrishnan es Economista Principal del Departamento de Elaboración y Examen de Políticas del FMI.
Cuando un país acumula grandes déficits en cuenta corriente, empresarios, sindicalistas y parlamentarios no tardan en señalar a los socios comerciales y acusarlos de prácticas desleales. La tensión entre Estados Unidos y China —que no terminan de decidir cuál es el principal causante de los desequilibrios comerciales entre ambos— ha puesto de relieve las consecuencias que enfrenta el sistema financiero internacional cuando algunos países arrastran profundos y persistentes déficits en cuenta corriente, mientras otros acumulan cuantiosos superávits.
El FMI, que entre otras cosas está encargado de promover y mantener un sistema internacional abierto de comercio y pagos, hace poco inauguró consultas multilaterales sobre los desequilibrios comerciales con los protagonistas centrales: Arabia Saudita, China, Estados Unidos, Japón y la zona del euro. Aquí se trata de examinar el tema en frío, planteando si los déficits y los superávits en cuenta corriente tienen siquiera importancia.
CÓMO MEDIR LA CUENTA CORRIENTE
Antes que nada, vale la pena ver qué significan realmente el déficit y el superávit en cuenta corriente, y reflexionar sobre las numerosas maneras de medir este saldo. Primero, se lo puede expresar como la diferencia entre el valor de la exportación de bienes y servicios y el valor de la importación de bienes y servicios. Un déficit significa que el país está importando más bienes y servicios de los que exporta (aunque la cuenta corriente también consiste en ingreso neto —intereses y dividendos— y transferencias del exterior —ayuda extranjera—, estos no son más que una parte pequeña del total). Cuando se lo expresa de esta manera, el déficit en cuenta corriente suele poner verdes a los proteccionistas, que piensan que exportar es “bueno” e importar, “malo”, pero aparentemente se olvidan de que una de las principales razones para exportar es poder importar.
Segundo, el saldo en cuenta corriente puede expresarse como la diferencia entre el ahorro nacional (tanto público como privado) y la inversión. Así, el déficit en cuenta corriente puede reflejar una baja tasa de ahorro nacional en comparación con la inversión, o una tasa de inversión elevada, o una combinación de ambas. Para los países en desarrollo donde escasea el capital puede ser lógico tener déficit en cuenta corriente, ya que el ahorro interno no alcanza para aprovechar todas las oportunidades de inversión. Teóricamente, el déficit acelera la expansión del producto y el desarrollo de la economía, aunque según estudios recientes los países en desarrollo con déficits en cuenta corriente no parecen crecer más rápido (quizá porque los sistemas financieros nacionales carecen de madurez como para asignar el capital extranjero con eficiencia). Además, en la práctica, los capitales privados suelen desplazarse desde las economías en desarrollo hacia las avanzadas. Estas acumulan déficits en cuenta corriente, como en el caso de Estados Unidos (gráfico), en tanto que los países en desarrollo y las economías de mercados emergentes a menudo mantienen superávits o casi superávits. Los países muy pobres suelen tener déficits cuantiosos como proporción del PIB, financiados por préstamos y donaciones oficiales.
Esta perspectiva desde el ahorro y la inversión recalca que, al no estar abiertamente relacionado ni con el uno ni con la otra, el proteccionismo tiene pocas probabilidades de mejorar mucho la balanza en cuenta corriente.
Tercero, la cuenta corriente puede observarse desde la dimensión temporal del comercio. Aunque estamos acostumbrados al comercio intratemporal —es decir, a negociar hoy prendas de vestir por vino—, también podemos pensar en el comercio intertemporal, esto es: importar bienes hoy (cayendo en un déficit en cuenta corriente) y exportarlos en el futuro (logrando entonces un superávit en cuenta corriente). De la misma manera en que un país puede importar un bien hoy y exportar otro mañana en una transacción intratemporal, nada le impide importar bienes actuales y exportar bienes futuros.
Las teorías intertemporales de la cuenta corriente también destacan que estos déficits y superávits suavizan el consumo. Por ejemplo, si un país sufre un shock —como una catástrofe natural— que temporalmente le resta acceso a la capacidad productiva, en lugar de absorber el golpe de lleno y de inmediato, puede atenuar sus efectos distribuyéndolos a lo largo del tiempo a través de un déficit en cuenta corriente. La otra cara de la moneda es que, según ciertos estudios, los países que están expuestos a shocks fuertes deberían, en la generalidad de los casos, acumular superávits en cuenta corriente como ahorro precautorio.
CUANDO LA PERSISTENCIA ES EXCESIVA
¿Tiene importancia la duración de un déficit en cuenta corriente? El déficit representa una acumulación de obligaciones de un país frente al resto del mundo, financiadas con entradas en la cuenta financiera que en un momento u otro habrá que pagar. Por sentido común, si un país desperdicia los fondos recibidos en préstamo del extranjero volcándolos en gastos sin rentabilidad a largo plazo, su capacidad de reembolso —es decir, su solvencia básica— podría terminar peligrando: la solvencia exige que el país quiera y pueda generar (en un momento u otro) un superávit en cuenta corriente suficiente para saldar sus deudas. Por lo tanto, para decidir si conviene acumular un déficit en cuenta corriente (o sea, tomar más préstamos), hay que calcular el volumen de las obligaciones externas (o sea, la deuda externa) y determinar si los préstamos financiarán una inversión con una productividad marginal más elevada que la tasa de interés (o de rendimiento) que cobran los acreedores
externos.
Pero aun cuando un país tenga solvencia intertemporal —es decir, si las obligaciones corrientes quedaran saldadas con ingresos futuros—, el déficit en cuenta corriente puede volverse insostenible si resulta imposible encontrar el financiamiento necesario. Hay países (como Australia y Nueva Zelandia) que han logrado mantener déficits de alrededor de 4!/2%–5% del PIB, en promedio, durante unas tres décadas, pero otros (como México en 1995 y Tailandia en 1997) sufrieron fuertes sacudidas en la cuenta corriente cuando los inversionistas privados retiraron sus capitales en medio de crisis financieras. Esos golpes pueden ser muy nocivos porque obligan a recortar abruptamente el consumo privado, la inversión y el gasto público cuando desaparece el financiamiento externo; de hecho, el país se ve forzado a lograr grandes superávits para poder saldar sus deudas sin demora. Entonces, más allá de su origen (y aun si reflejan tendencias básicas saludables), no conviene mantener déficits profundos y persistentes a la ligera, ya que una retirada abrupta del financiamiento puede causar estragos.
Los estudios empíricos sugieren que un éxodo de inversión tal puede tener varias razones: un tipo de cambio real sobrevalorado, insuficientes reservas de divisas, una expansión excesivamente rápida del crédito interno, shocks desfavorables de los términos de intercambio, falta de crecimiento de los socios comerciales y alzas de las tasas de interés de los países industriales. En análisis recientes se ha destacado la importancia de las vulnerabilidades que aquejan a los balances (como el grado de dolarización de las obligaciones y los desfases de vencimiento) y de la composición de las entradas de capital (como la relativa estabilidad de la inversión extranjera directa comparada con la de cartera y con otros tipos de inversión a corto plazo). Además, la debilidad del sector financiero suele agudizar la vulnerabilidad, ya que los bancos captan fondos en el extranjero y otorgan préstamos riesgosos dentro del país. Por el contrario, la flexibilidad cambiaria, la apertura, la diversificación de las exportaciones, el desarrollo del sector financiero y la coherencia fiscal y monetaria son algunos de los factores que mitigan la vulnerabilidad de un país con un déficit persistente.
A FIN DE CUENTAS, ¿SON MALOS LOS DÉFICITS?
Una crítica común contra las ciencias económicas es que toda pregunta tiene la misma respuesta: “depende”. Es verdad que, según la teoría económica, el hecho de que un déficit sea bueno o sea malo depende de los factores que lo originaron. Pero la teoría económica también nos dice qué es lo que hay que observar para decidir si el déficit es saludable.
Si refleja un exceso de importación en comparación con la exportación, el déficit en cuenta corriente puede ser indicio de problemas de competitividad. Pero como también implica un exceso de inversión en comparación con el ahorro, bien puede ser reflejo de una economía muy productiva en crecimiento. Si el déficit se debe a una escasez de ahorros y no a una abundancia de inversiones, puede ser consecuencia de una política fiscal irresponsable o de un exceso de consumo. Pero también puede ser un indicador de un comercio intertemporal perfectamente adecuado, atribuible a un shock pasajero o a un cambio demográfico. Sin saber qué es lo que entra en juego, no tiene mucho sentido calificar al déficit de “bueno” o “malo”: los déficits reflejan tendencias económicas fundamentales que pueden resultar beneficiosas o no para un país en un momento determinado.
Entradas más recientes Entradas antiguas Inicio
Suscribirse a:
Entradas (Atom)